“… yo veía como estaba regado el cráneo del chico que mataron ayer”, “hay un cartel que dice vengan vean el cerebro del muerto de ayer”,” la alcaldesa llevara en su conciencia las muertes de los comerciantes del mercado”, “yo vi a mi amigo como le cayó una piedra y le rompió la cabeza”, “más tarde tengo que ir a ver a mi mamá, que está cuidando el puesto en el mercado”…
Estas no son frases de un adulto… son las narraciones de niños/as que trabajan en el mercado y que ayer les tocó estar allí en medio del desborde y la violencia.
En la tarde del día miércoles 03 de marzo a partir de las 5 de la tarde, una marcha que se anunció sería pacifica, convirtió en un caos que mostraba el centro de Piura entre humo, gritos y lagrimas. De un lado los comerciantes informales se resisten a abandonar sus puestos en el mercado, que ha sido su fuente de sustento durante más de 25 años; de otro lado la posición de la Municipalidad de trabajar por el reordenamiento y salubridad del principal centro de abastos de nuestra ciudad.
Con esto perdemos todos; no se trata de quien pierde más, si las tiendas comerciales del centro o los vendedores del mercado; pues hoy en Piura se suspenden las clases de los colegios, institutos, universidades y por su puesto en los Manitos, con esto pierden los/as más chicos/as, perdemos quienes pagamos más por nuestro pasaje para trasladarnos a nuestro centro de trabajo, pierden los chicos que trabajan en el mercado, en fin perdemos todos.
Pero al margen del costo social y económico, están las pérdidas humanas de gente que murió en circunstancias absurdas, familias que quedan desamparadas y otros que quedamos con sentimientos de indignación y frustración.
Todo esto como resultado de la indiferencia de las instituciones responsables de la administración pública, de la incapacidad de mirar el diálogo como una alternativa para solucionar conflictos, de no mirar al otro como interlocutor y participante en la toma de las decisiones, también producto de la informalidad, el caos, el desorden a los que nos hemos acostumbrado.
Nos preocupa mucho como estamos asumiendo estos hechos y todo lo que ocurre en Piura y en nuestro país, hechos violentos que nos parecen tan normales, como si se tratara de contar una película o una serie de televisión… escuchamos a los/as niños, víctimas de este conflicto social y nos preguntamos qué está pasando con la valoración que le damos a nuestra vidas y que estamos haciendo como institución para fortalecer los espacios de participación ciudadana y el acercamiento de las instituciones a las poblaciones excluidas.
En la radio se anuncia la llegada de refuerzos policiales para controlar el orden, los comerciantes están agrupados en el mercado, los centros comerciales en el centro de Piura están cerrados, la alcaldesa afirma que no existe fecha de desalojo, los niños/as siguen llegando a Manitos trabajando y los adolescentes de Manitos Creciendo llaman para saber si hay clases, los Manitos estarán abiertos, las clases se han suspendido pero seguro que llegaran los niños/as para comer porque no han conseguido el diario para la comida, pues al mercado hoy no llegaron los/as compradores, por lo tanto no hubo trabajo, hoy no les fue tan bien, mañana no sabemos.
Quizá suene triada la frase pero somos unas convencidas de que la violencia genera más violencia; estamos totalmente en desacuerdo con el enfoque represivo que se le está dando a este problema, por lo que si apostamos es por el respeto a la vida, el fortalecimiento del dialogo, el tener en cuenta la opinión del otro y no olvidarnos que elegimos a autoridades para que nos representen y que tenemos que sentirnos representados y escuchados.
Estas no son frases de un adulto… son las narraciones de niños/as que trabajan en el mercado y que ayer les tocó estar allí en medio del desborde y la violencia.
En la tarde del día miércoles 03 de marzo a partir de las 5 de la tarde, una marcha que se anunció sería pacifica, convirtió en un caos que mostraba el centro de Piura entre humo, gritos y lagrimas. De un lado los comerciantes informales se resisten a abandonar sus puestos en el mercado, que ha sido su fuente de sustento durante más de 25 años; de otro lado la posición de la Municipalidad de trabajar por el reordenamiento y salubridad del principal centro de abastos de nuestra ciudad.
Con esto perdemos todos; no se trata de quien pierde más, si las tiendas comerciales del centro o los vendedores del mercado; pues hoy en Piura se suspenden las clases de los colegios, institutos, universidades y por su puesto en los Manitos, con esto pierden los/as más chicos/as, perdemos quienes pagamos más por nuestro pasaje para trasladarnos a nuestro centro de trabajo, pierden los chicos que trabajan en el mercado, en fin perdemos todos.
Pero al margen del costo social y económico, están las pérdidas humanas de gente que murió en circunstancias absurdas, familias que quedan desamparadas y otros que quedamos con sentimientos de indignación y frustración.
Todo esto como resultado de la indiferencia de las instituciones responsables de la administración pública, de la incapacidad de mirar el diálogo como una alternativa para solucionar conflictos, de no mirar al otro como interlocutor y participante en la toma de las decisiones, también producto de la informalidad, el caos, el desorden a los que nos hemos acostumbrado.
Nos preocupa mucho como estamos asumiendo estos hechos y todo lo que ocurre en Piura y en nuestro país, hechos violentos que nos parecen tan normales, como si se tratara de contar una película o una serie de televisión… escuchamos a los/as niños, víctimas de este conflicto social y nos preguntamos qué está pasando con la valoración que le damos a nuestra vidas y que estamos haciendo como institución para fortalecer los espacios de participación ciudadana y el acercamiento de las instituciones a las poblaciones excluidas.
En la radio se anuncia la llegada de refuerzos policiales para controlar el orden, los comerciantes están agrupados en el mercado, los centros comerciales en el centro de Piura están cerrados, la alcaldesa afirma que no existe fecha de desalojo, los niños/as siguen llegando a Manitos trabajando y los adolescentes de Manitos Creciendo llaman para saber si hay clases, los Manitos estarán abiertos, las clases se han suspendido pero seguro que llegaran los niños/as para comer porque no han conseguido el diario para la comida, pues al mercado hoy no llegaron los/as compradores, por lo tanto no hubo trabajo, hoy no les fue tan bien, mañana no sabemos.
Quizá suene triada la frase pero somos unas convencidas de que la violencia genera más violencia; estamos totalmente en desacuerdo con el enfoque represivo que se le está dando a este problema, por lo que si apostamos es por el respeto a la vida, el fortalecimiento del dialogo, el tener en cuenta la opinión del otro y no olvidarnos que elegimos a autoridades para que nos representen y que tenemos que sentirnos representados y escuchados.
Centro de Apoyo a Niños y Adolescentes Trabajadores/as
http://www.rpp.com.pe/actualidad-nacional-seccion_666.html
Es desolador ver la noticias de estos ultimos dias, que forma de actuar sin pensar en los daños y sobre todo en las consecuencias de estos actos, se nos vienen tiempos dificiles y como dicen hay que fortalecer el dialogo y tomar en cuenta la opinion del otro...
ResponderEliminarPara los amigos de Manitos Trabajando entiendo como deben sentirse, pero la labor sigue y hay que actuar sin dejarnos sobrellevar...
Saludos
Juana Briceño